Historia de la Iglesia
La fe y la caída de Thomas Marsh


La fe y la caída de Thomas Marsh

D. y C. 31, 112

Pocos relatos de la historia de la Iglesia se han utilizado como advertencia con tanta frecuencia como el de Thomas B. Marsh. Marsh, quien fuera el primer Presidente del Quórum de los Doce Apóstoles, abandonó la Iglesia en 1838; más adelante se arrepintió y recobró todos los derechos de miembro en 1857. Su importancia en los primeros años de la Iglesia se pone de manifiesto en el hecho de ser el único destinatario de dos revelaciones de Doctrina y Convenios y de haber recibido instrucciones específicas en otras cuatro1.

Marsh “se escapó” de su casa a los catorce años y se mantuvo a sí mismo con varios puestos de trabajo en Vermont y Nueva York hasta un poco después de cumplir veinte años. Entonces se casó, se estableció en Boston y encontró trabajo en una empresa diseñadora de tipos, en donde trabajó varios años. Estudiaba la Biblia y las sectas religiosas, pero sintió que “surgiría una nueva iglesia, la cual tendría la verdad en su pureza”2.

En 1829, Marsh afirmó: “Creí que el Espíritu de Dios me dictó que hiciera un viaje hacia el oeste”. En consecuencia, viajó con un amigo a la zona oeste de Nueva York y se quedó allí durante tres meses. En cierto momento, una mujer le preguntó si había “escuchado hablar del libro de oro que encontró un joven llamado José Smith”. Marsh tuvo “grandes deseos de saber en cuanto al asunto” y visitó Palmyra. Encontró a Martin Harris en la oficina de imprenta de E.B. Grandin, donde se acababan de imprimir las primeras dieciséis páginas del Libro de Mormón. Dado que José Smith se encontraba entonces en Harmony, Pensilvania, Harris lo llevó a ver a Oliver Cowdery, quien, en sus palabras, “me dio toda la información sobre el libro que yo deseaba”.

“Muy complacido” con todo lo que aprendió, Marsh regresó a su hogar en Boston y compartió su nuevo conocimiento con su esposa, quien también creyó que era de Dios. “Desde este momento y durante aproximadamente un año, mantuve correspondencia con Oliver Cowdery y José Smith, y me preparé para viajar al oeste”3, escribió Marsh.

“Tras enterarme por carta que el día 6 de abril de 1830 se había organizado la Iglesia de Jesucristo”, continuó, “me mudé a Palmyra, condado de Ontario, en septiembre de ese año, y llegué a la casa de José Smith con toda mi familia. Durante ese mes fui bautizado por David Whitmer en el lago Cayuga, y unos pocos días después fui ordenado élder por Oliver Cowdery con seis élderes, en la casa del padre Whitmer”4.

Más tarde, durante ese mismo mes, se llevó a cabo la segunda conferencia de la Iglesia en Fayette, Nueva York. Durante la reunión, José Smith recibió revelaciones para cuatro personas, entre ellas una para Thomas Marsh, ahora conocida como Doctrina y Convenios 315.

La revelación es rica en contenido (algunas palabras son similares a otras revelaciones de los primeros tiempos, y algunas promesas e instrucciones son personales para Marsh y su familia). El Señor le dijo a Marsh que le bendeciría a él y a su familia, “sí, a tus pequeñitos”. En ese momento, él tenía tres hijos, el mayor de los cuales tenía nueve años. Marsh fue llamado a servir como misionero y se le dijo que sus pecados le eran perdonados. Se le aconsejó ser paciente, no ultrajar, orar siempre y prestar oído al Consolador.

La revelación contiene una promesa intrigante: “He aquí, te digo que serás cual médico para la iglesia, pero no para el mundo, porque no te recibirán”6 (véase D. y C. 31:10). ¿Qué significa este título? ¿Fue reconocido como doctor en medicina, para ayudar a los miembros con necesidades de salud, o tenía esto un significado de carácter más religioso tal vez, como alguien llamado a ministrar o sanar a otras personas espiritualmente? Sólo se mencionan dos ocasiones en que Marsh ayudó a miembros con enfermedades físicas7, y no contaba con ninguna capacitación médica especial. El término “médico del alma” es tan antiguo como Sócrates, y otras iglesias han utilizado los términos “doctor para la iglesia” o “doctor de la Iglesia” durante cientos de años. La última parte del versículo, “pero no para los del mundo, porque no te recibirán”, agrega ambigüedad.

Un siervo fiel

Hay muchas indicaciones de que, durante varios años, Thomas Marsh siguió humildemente el consejo que recibió. Fue ordenado sumo sacerdote en 1831 y sirvió en misiones en 1831 y 1832. Se mudó con su familia a “Sion” (condado de Jackson, Misuri) en 1832, se estableció con ellos junto al río Big Blue y prestó servicio como presidente de la Rama Big Blue. Junto con otros miembros de la Iglesia, fue expulsado a la fuerza del condado de Jackson en 1833, y se mudó al condado de Lafayette para el invierno, y después al condado de Clay. Fue llamado al sumo consejo en Misuri en 1834 y designado, junto con otras personas, para recibir una investidura de poder espiritual en la Casa del Señor en Kirtland, Ohio, que se encontraba entonces en construcción8.

“Conforme a la revelación”, Marsh partió hacia Kirtland en enero de 1835, predicó por el camino y llegó en abril9. Sin que él lo supiera, durante sus viajes había sido llamado al Quórum de los Doce Apóstoles, recientemente organizado en febrero10. Fue ordenado poco después de su llegada a Kirtland11. Por antigüedad y revelación, fue nombrado presidente del quórum, a pesar de que todavía era relativamente joven, con unos treinta y cinco años12.

Al mes siguiente, Marsh y otros miembros de los Doce partieron a los estados del este a servir una misión, y regresaron en septiembre. Aquel otoño y aquel invierno asistió a la escuela de los élderes y a la escuela de hebreo en Kirtland; también participó en la preparación espiritual para la investidura de poder que esperaban que llegara con la dedicación de la Casa del Señor en Kirtland. Marsh asistió a la dedicación el 27 de marzo de 1836, así como a la asamblea solemne tres días después. El mes siguiente emprendió el viaje a Misuri para regresar con su familia, y predicó mientras viajaba. De julio a septiembre, visitó ramas de la Iglesia en Illinois, Kentucky y Tennessee.

Surgen problemas

Para el año siguiente, las relaciones entre los Doce Apóstoles se habían deteriorado significativamente. Fue una época de intensificación de conflictos y descontento dentro de la Iglesia en Kirtland. Entre los Doce, la juventud y la falta de experiencia, la ausencia de un orden de autoridad entre ellos, así como los desacuerdos sobre sus funciones, sus propósitos y los límites de su autoridad, ocasionó una falta de armonía13. Esas dificultades se agravaron por la distancia y las dificultades de comunicación, ya que algunos residían en Kirtland y otros en Misuri, y los miembros del quórum de ambos lugares a menudo eran llamados a servir en una misión en otro lugar.

Con la esperanza de fortalecer la unión del quórum, Marsh regresó a Kirtland en julio, sólo para darse cuenta de que algunos apóstoles habían partido para servir una misión en Gran Bretaña y otros habían apostatado. En busca de consejo, Marsh visitó a José Smith, quien dictó una revelación para él, ahora conocida como Doctrina y Convenios 112. La revelación fue una fuente de mucha guía y consuelo para Marsh, así como de severa amonestación. Se le dijo: “…te son perdonados todos tus pecados”, y “…yo, el Señor, tengo una obra grande para ti”; “Conozco tu corazón y he oído tus oraciones… tú eres el hombre al cual he escogido para poseer las llaves de mi reino, en lo que concierne a los Doce”, y “…cuán grande es vuestro llamamiento” (D. y C 112:6–16, 33). Sin embargo, el Señor también le dijo que había algunas cosas en su vida “con las que yo, el Señor, no quedé muy complacido” (véase D. y C. 112: 2). A Marsh se le aconsejó “…sed fieles… delante de mí”, y se le dijo a él y a los Doce: “No seáis soberbios; no os sublevéis en contra de mi siervo José”, sino “…purificad vuestro corazón” en preparación para la proclamación del Evangelio (D. y C. 112:12–15, 28–33). Doctrina y Convenios 112 contiene también un versículo que se cita a menudo: “Sé humilde; y el Señor tu Dios te llevará de la mano y dará respuesta a tus oraciones” (véase D. y C. 112:10)14.

Las relaciones entre los Doce mejoraron durante una temporada, y en septiembre, Marsh, José Smith y otros partieron para servir una misión en Canadá15. Al regresar a Far West, Misuri, Marsh continuó con sus esfuerzos por fortalecer la Iglesia y prestar su apoyo a José Smith16. Un duro golpe afligió a la familia Marsh el mes de mayo, cuando su segundo hijo, James, murió repentinamente a la edad de catorce años, tras una breve enfermedad17. José Smith pronunció el sermón en su funeral.

Una separación

En cuestión de meses, Marsh, como sucedió con muchos otros antes, cayó víctima de una actitud de apostasía. Fue uno de los varios Santos de los Últimos Días a quienes les perturbó la relación cada vez más violenta entre los miembros de la Iglesia y sus vecinos de Misuri. También contribuyó a su descontento cada vez más profundo el infame incidente de la “nata” que se produjo en agosto o septiembre de 1838 entre la esposa de Marsh, Elizabeth, y Lucinda Harris, la esposa de George W. Harris. Según George A. Smith, estas mujeres habían acordado intercambiar leche de sus vacas para hacer queso; pero, infringiendo su acuerdo, Elizabeth presuntamente se quedó con la nata, el sobrenadante que es la parte más sustanciosa, antes de enviar el resto de la leche a Lucinda. Según Smith, el asunto fue presentado al quórum de maestros, después al obispo y después al sumo consejo, y todos hallaron culpable a Elizabeth. Marsh, insatisfecho, apeló a la Primera Presidencia, que estuvo de acuerdo con las decisiones anteriores. Ofendido aún más por esta cadena de acontecimientos, se dice que el ya frustrado Marsh declaró “que defendería el carácter de su esposa, aunque tuviera que ir al infierno por ello”18.

En algún momento del otoño de 1838, Marsh partió de Far West con su familia y empezó a oponerse activamente a los santos. Hizo una declaración jurada en octubre de 1838 que detallaba sus inquietudes concernientes a actos de violencia y destrucción que él creía que estaban planeando o llevando a cabo los miembros de la Iglesia contra sus vecinos de los condados de Caldwell y Daviess, y también indicaba su temor de que “todos los mormones que se negaran a tomar las armas, si fuera necesario en las dificultades con los ciudadanos, serían fusilados o se les daría muerte de alguna otra manera”, y que “ningún disidente mormón podría abandonar el condado de Caldwell con vida”19. Orson Hyde agregó su firma en apoyo a estas afirmaciones de Marsh.

A pesar de que la declaración de Marsh era la única prueba en contra de los santos que se presentó a los funcionarios de Misuri, George A. Smith más tarde declaró: “Esta declaración jurada presentada ante el gobernador de Misuri resultó en la emisión de una orden de exterminio en virtud de la cual se expulsó a unos quince mil santos de sus hogares y residencias, y miles perecieron a causa del sufrimiento originado al enfrentarse a este estado de las cosas”20. Desdeñado por aquel que fue su amigo y apoyo, José Smith describió duramente la declaración jurada de dos páginas de Marsh diciendo que contenía “las más viles calumnias, maledicencias, mentiras y difamaciones hacia mí y hacia la Iglesia que su inicuo corazón pudo inventar”21.

Los amargos sentimientos de Marsh hacia la Iglesia lo mantuvieron alejado durante casi veinte años. En algún momento, a mediados de la década de 1850, habiendo perdido a su esposa y padeciendo problemas de salud, Marsh tomó la determinación de volver a unirse a la Iglesia. Lamentaba lo que había hecho y se arrepentía de ello de manera humilde y sincera. En una carta dirigida a Heber C. Kimball en Salt Lake City, Marsh se lamentaba diciendo: “El Señor podía arreglárselas muy bien sin mí y no ha perdido nada aunque yo cayera de las filas; pero oh, ¿qué he perdido yo?” Marsh explicaba además: “Me reuní con G W. Harris y se ha producido una reconciliación entre nosotros”22.

Tras la llegada de Marsh a Salt Lake City en septiembre de 1857, Brigham Young le permitió que dirigiera la palabra a los santos. Con una voz debilitada, Marsh explicó su apostasía y pidió perdón:

Con frecuencia he querido saber cómo comenzó mi apostasía, y he llegado a la conclusión de que debí haber perdido el Espíritu del Señor, el cual salió de mi corazón.

La siguiente pregunta es: ‘¿Cómo y cuándo perdió el Espíritu?’ Tuve envidia del Profeta, se alteró mi percepción y pasé por alto todo lo que era correcto; dedicaba todo mi tiempo a buscar el mal. Después, cuando comenzó a guiarme el diablo, resultó fácil que la mente carnal tomara el control, la cual es el enojo, la envidia y la ira. Lo sentía en mi interior, me sentía enojado e iracundo; y una vez que se marchó el Espíritu del Señor, como dicen las Escrituras, quedé cegado… perdí los estribos y deseé que todos los demás también estuvieran enojados23.

Después de sus palabras, Brigham Young pidió un voto para readmitir a Thomas B. Marsh como miembro de pleno derecho de la Iglesia, y ninguna mano se elevó para oponerse a ello24.

  1. Las secciones 31 y 112 se dirigen a él, y también recibe consejo en D. y C. 52:22, 56:5, 75:31 y 118:2.

  2. Thomas B. Marsh, “History of Thos. Baldwin Marsh, Written by Himself in Great Salt Lake City, November, 1857”, Deseret News 8, Nº 3, 24 de marzo de 1858, pág. 18.

  3. Marsh, History.

  4. Marsh, History.

  5. Revelation, septiembre de 1830—F, Joseph Smith Papers.

  6. Revelation, septiembre de 1830—F, josephsmithpapers.org.

  7. “Me fueron a buscar cerca de medianoche, para que les sirviera de doctor… y al poco tiempo encontré al hermano Blackslee, pero era demasiado tarde para ayudarle en manera alguna. Murió al día siguiente… Me invitó el hermano Joseph Knight, que estaba muy enfermo de disentería. Lo atendí fielmente y mi esposa cuidó de él; logró superar la enfermedad y pronto se repuso”. Estos dos incidentes parecen haber ocurrido en 1832. Marsh, History.

  8. Minute Book 2 [Far West Record], 23 de junio de 1834, josephsmithpapers.org, pág. 42.

  9. Marsh, History.

  10. Record of the Twelve, 14 de febrero–28 de agosto de 1835, josephsmithpapers.org, pág. 1.

  11. Record of the Twelve, 14 de febrero–28 de agosto de 1835, josephsmithpapers.org, pág. 5.

  12. “De cierto te digo, mi siervo Thomas, tú eres el hombre al cual he escogido para poseer las llaves de mi reino, en lo que concierne a los Doce, entre todas las Naciones”, véase Revelation, 23 de julio de 1837, josephsmithpapers.org. Doctrina y Convenios 112:16.

  13. La discordia y la oposición llegaron a tal grado que nueve de los Doce Apóstoles originales abandonaron la Iglesia en diversos momentos y algunos nunca regresaron. Para consultar un análisis de estas cuestiones, véase Ronald K. Esplin, The Emergence of Brigham Young and the Twelve to Mormon Leadership, 1830–1841, Provo: UT: Joseph Fielding Smith Institute for Latter-day Saint History; BYU Studies, 2006.

  14. Revelation, 23 de julio de 1837, josephsmithpapers.org.

  15. Marsh, History.

  16. “A pesar de que la mayoría de los disidentes de Misuri todavía no habían roto abiertamente su relación con Smith, los líderes de Misuri que eran fieles al Profeta no ignoraban la tendencia subyacente. Dirigidos por Thomas Marsh, determinaron hacer frente a la rebelión hasta que llegó José Smith”. Ronald K. Esplin, The Emergence of Brigham Young and the Twelve to Mormon Leadership, 1830–1841 Provo: UT: Joseph Fielding Smith Institute for Latter-day Saint History; BYU Studies, 2006, pág. 324.

  17. “Obituary”, Elders’ Journal 1, Nº 3, julio de 1838, pág. 48.

  18. La única narración completa de esta historia que tantas veces se relata la ofreció George A. Smith en un discurso en Salt Lake City el 6 de abril de 1856. Smith dio una introducción diciendo: “A veces sucede que surge algo extremadamente importante a partir de un asunto menor”. Véase Journal of Discourses, tomo III, págs. 283–284, para leer la historia de la nata.

  19. La declaración jurada de Marsh también afirmaba: “El plan del mencionado Smith, el profeta, es tomar este estado, y él profesa a su pueblo que tiene la intención de tomar los Estados Unidos y en última instancia el mundo”. Document Containing the Correspondence, Orders, &c in Relation to the Disturbances with the Mormons; and the Evidence Given before the Hon. Austin A. King, Judge of the Fifth Judicial Circuit of the State of Missouri, at the Court-House in Richmond, in a Criminal Court of Inquiry, Begun November 12, 1838, on the Trial of Joseph Smith, Jr., and Others, for High Treason and Other Crimes against the State. Fayette, MO: Boon’s Lick Democrat, 1841, págs. 57–59.

  20. Journal of Discourses, tomo III, pág. 284.

  21. History, 1838–1856, tomo B-1, josephsmithpapers.org, pág. 838.

  22. Thomas B. Marsh a Heber C. Kimball, 5 de mayo de 1857, Biblioteca de Historia de la Iglesia SUD. Para obtener más información sobre el regreso de Marsh, véase Lyndon W. Cook, “‘I Have Sinned Against Heaven, and Am Unworthy of Your Confidence, But I Cannot Live without a Reconciliation’: Thomas B. Marsh Returns to the Church”, BYU Studies 20, Nº 4, verano de 1980, págs. 389–400.

  23. Journal of Discourses, tomo IV, pág. 207.

  24. Journal of Discourses, tomo IV, pág. 210.